martes, 16 de junio de 2015

El circo en el franquismo IV

El circo en el franquismo IV


Por José Mario Armero
Abogado y periodista




Historia 16
Año IX-Nº 103- NOV. 1984






Reaparición de Pompoff y Thedy, 
nombres tomados de sus padres. 
Antes fueron Zampabollos y 
Nabucodonosorcito



Casos concretos




Los nietos del general Franco sí frecuentaron el circo muchas veces, especialmente en las sesiones infantiles que se celebraban a primeras horas de las tardes de los domingos. Eran objeto de las máximas atenciones de parte de Juan Carcellé, aunque -como ya hemos dicho- no era un entusiasta de la situación y tenía, entre sus colaboradores, una figura importante del ejército vencido, Ramón Ruiz Fornells, oficial del Estado Mayor antes de la guerra civil, perteneciente a familia de militares. Se trataba del jefe del Estado Mayor del general Escobar, popularizado recientemente por la narración de José Luis Olaizola. 

El coronel Ruiz Fornells fue quien tuvo la conversación telefóncia con el general Yagüe, cuando el general victorioso le ofreció la posibilidad de marcharse de España. Terminada la guerra, estuvo varios años en prisión y al salir encontró un modesto trabajo en las oficinas de Circuitos Carcellé, dedicándose a llevar la contabilidad. Creemos que fue un detalle de Juan Carcellé que merece destacarse, pues no coincide con el comportamiento general de entonces.

Tal vez- como hemos hecho con el coronel Ruiz Fornells- podemos referirnos a situaciones concretas de artistas de circo, suficientes para intentar una fotografía de lo que representaba el circo en el franquismo. Estos casos explican la situación de algunos artistas, aunque el hombre de circo es poco político, bastante desinteresado del lugar y de la época, muy dedicado a su pequeño mundo. La guerra rompió, sin embargo, muchas tradiciones del circo.

El teniente de infantería José González Delgado había participado en las Olimpiadas de Los Angeles de 1932 en la modalidad del tiro con pistola, formando parte del equipo español. Consiguió el cuarto premio, un triunfo sin duda importante en aquella época. En la guerra civil, militar del Ejército republicano, fue herido conduciendo un carro de combate y siguió un proceso muy repetido: hospital, derrota, cárcel, expulsión del ejército, buscarse la vida como fuera... Intentó vivir de su especialidad, el tiro de pistola, y montó un número para actuar en el circo sobre la base de disparar en la pista, con rifles y pistolas, sobre distintas dianas. Pero por sus antedecentes políticos no le concedieron la licencia de armas para hacer el número. Se dedicó entonces al ilusionismo y actuó durante muchos años con el nombre de Magus. El coronel José González Delgado, ya rehabilitado en la democracia, falleció hace poco. Quedan en un rompecabezas dramático las informaciones de prensa sobre el triunfo de una campeón olímpico, las heridas de la guerra de un teniente de infatería y los programas de circo que anunciaban Magus y su jardín maravilloso. (...)

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